sábado, 17 de octubre de 2015

LA AGRESIVIDAD EN NIÑOS: POR QUÉ SUCEDE Y QUÉ HACER


La agresividad es una emoción básica de supervivencia. Después del año, ya habiendo aprendido a caminar y a manejar su cuerpo los niños pueden recurrir a la fuerza para satisfacer sus deseos o cuando se sienten amenazados. Pero si esta se intensifica o se vuelve dañina hay que prestarle atención.Algunos se comportan de un modo agresivo hacia ellos mismos o hacia los demás. Se pueden pegar en la cabeza con una superficie dura, tener rabietas constantes, morder, gritar o tirarse del pelo. Ciertas dosis de furia son normales a una corta edad en la que estos suelen manejarse por sus instintos.

Podrían, por ejemplo, mordernos o darnos un manotazo y reírse. En ese caso, no habría que darle mayor importancia pero tampoco consentírselo. Con firmeza y seriedad debemos decirles: “no se pega”, ”no se muerde”, etc.. Si lo estamos llevando en brazos podemos ponerlo en el suelo o en un lugar seguro y le indicamos que no lo volveremos a coger hasta que se tranquilice. Si el comportamiento se repitiera y va en aumento debemos indagar más.
Posibles Causas

1. La sobreprotección: Puede ser que ya llegue el momento de valorar sus logros, adaptarnos a sus nuevas habilidades y dejarlos explorar con más libertad. Debemos revisar nuestra actitud y preguntarnos si están reaccionando con berrinches como respuesta a la frustración de no tener espacio suficiente.

2. Les exigimos demasiado - Si nuestras expectativas hacia ellos son demasiado altas o inadecuadas para su edad pueden experimentar estrés infantil, sentirse frustrados y responder con violencia.

3. Desean llamar la atención: ¿Les estamos prestando una atención positiva? ¿Les damos suficiente cariño? ¿Les dedicamos tiempo de calidad? ¿Los abrazamos? ¿Mostramos alegría ante sus logros? ¿O sólo les hacemos caso cuando se portan mal?

4. La violencia está presente en su vida – Debemos preguntarnos si en alguna medida están expuestos a ésta. ¿Les pegan en la guardería? ¿Ven programas violentos en la tele? En nuestra casa, ¿gritamos demasiado?

5. Están experimentando: Ellos son pequeños científicos. Experimentan todo, hasta con nuestros límites. ¿Hasta dónde les vamos a permitir que lleguen?
¿Qué hacer y qué no hacer?

1. Lo mejor es decirles con calma y firmeza: “¡eso no se hace!”, pero sin gritos, ni agresividad pues eso reforzaría la violencia en ellos.

2. Podemos aplicar un castigo en el que los privemos de algo que les guste y mantenernos firmes en él para establecer límites.

3. No debemos responder con risas pues entendería que es un juego y esto lo animaría a repetir. Tampoco es buena idea mostrarnos indiferentes.

4. Debemos enseñarles a tolerar pequeñas dosis de frustración cuando vemos que la rabia aparece al salirles algo mal. Tras tranquilizarlos, les podemos proponer: “vamos a intentarlo de nuevo”.



Equipo Superpadres.com

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